El embrujo de Bisbal seduce a Madrid en una noche para recordar

Las altas temperaturas registradas en Madrid antes del concierto de David Bisbal no eran nada comparado con lo que se estaba cociendo dentro del recinto.

Los más de 250.000 vatios de iluminación utilizados en la gira «Sin mirar atrás 2010» no eran culpables de la noche más caliente del año en la ciudad, pero sí lo fueron las 15.000 almas que bailaron hasta la extenuación con los himnos del almeriense.

«Muy buenas noches…¡Madrid! Esa es mi gente, la gente de mi tierra…, ¡Viva España!», saludó Bisbal a sus fieles.

Para empezar «Sin mirar atrás», «Esclavo de sus besos» y «Al Ándalus», un tema con esencia árabe con el que Bisbal comenzó a contonear sus caderas para delirio del auditorio.

En los primeros compases del concierto el público ya estaba completamente entregado gracias a la fuerza expresiva que caracteriza al ídolo de rizos dorados, quien daba nuevos bríos al espectáculo con «Dame tu amor» y «24 Horas».

De la emoción contenida se pasó a la pasión desenfrenada con «Oye el boom», una canción con la que Bisbal corrió por todo el escenario para acabar dando un par de patadas al aire y varios giros imposibles marca de la casa.

Con «Cómo olvidar» y «Lloraré las penas», dos clásicos del repertorio del cantante, se comprobó la calidad de la banda, que además de acompañar al cantante aporta nuevos matices a los hits de Bisbal.

Y es que el quinteto de músicos dirigidos por el guitarrista David Palau aprovechó la espectacular puesta en escena para demostrar la importancia de contar con unos secundarios de lujo.

Gracias a «Mi princesa» llegó uno de los momentos más emocionantes de la noche porque este tema celebra la reciente paternidad del cantante, quien actualmente se encuentra en un momento de gracia a todos los niveles.

«Esta es la balada que más me gusta de mi disco, además es la que más alegrías me está dando», certificó emocionado el cantante.

El despliegue multimedia animó un concierto que de por sí ya mantiene ocupados a los sentidos. Una de las pantallas enfocó al doble del cantante, quien se llevó una buena ovación por parte de todo el auditorio y que recibió la felicitación del propio Bisbal.

Todavía quedaban muchas sorpresas por delante en la cita madrileña de Bisbal, sobre todo porque hoy se podía intuir la presencia de algún invitado especial.

«Ya es hora de calentar esto un poquito más, he llamado a un amigo que para mí es un ejemplo a seguir. Tengo el placer de presentar al grandísimo… ¡Raphael!», gritó Bisbal ante un público que se preparaba para escuchar al dúo cantar el legendario «Escándalo».

Tras el revuelo que se formó en las gradas tras la colaboración entre el almeriense y el gran artista de Linares fue el turno para «Aquí y ahora» y «Sufrirás», una canción diseñada para la pista de baile.

Los superéxitos «Ave María» y «Bulería» hicieron temblar las gradas del Palacio de los Deportes, que justo después recibieron el ofrecimiento de Bisbal para cantar al unísono «Dígale», un llamamiento al que respondieron sin dudar miles de voces.

«Tenemos que levantar lo de mañana. ¡Que la selección sienta nuestra fuerza!», animó Bisbal enfundado en la camiseta de Iker Casillas.

El ambiente mundialista se apoderó del auditorio cuando sonó «Wavin’ flag», el himno de la Copa del Mundo de Sudáfrica en el que Bisbal colabora con el somalí K’naan. El cántico futbolero fue celebrado por la hinchada como una gran victoria y el confeti terminó por inundarlo todo.

«Silencio» y de nuevo «Esclavo de tus besos» pusieron fin al concierto número 41 de la gira «Sin mirar atrás», la mejor oportunidad de acercarse a la emotiva música de este andaluz universal.

Vía: Yahoo! Noticias

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