Muere el astro argentino Sandro

El cantante argentino Sandro, intérprete de éxitos como «Así» y «Dame fuego» y quien enloqueció a miles de admiradoras con sus sensuales movimientos de pelvis, murió el lunes en el Hospital Italiano de la ciudad de Mendoza, dijo el médico Claudio Burgos. Tenía 64 años.
Sandro, un empedernido fumador de cigarrillos, falleció por complicaciones tras haberse sometido a un transplante de corazón y pulmón. El cantante padecía de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), por la que pasó meses hospitalizado a esperas de los órganos. El 20 de noviembre finalmente se realizó la cirugía en la cordillerana provincia de Mendoza, pero lamentablemente lo que fue su única esperanza de vida fracasó.

«Estoy directamente discapacitado, porque no me puedo mover. Mi vida es mi cama, mi puesto en el comedor para leer el diario y de ahí no me muevo», dijo el artista en enero de 2009 a radio Mitre de Buenos Aires en una de sus últimas entrevistas.

«Yo soy el culpable de las condiciones en las que estoy. Yo me lo merezco, yo me lo busqué. Yo agarré ese maldito cigarrillo», añadió entonces.

Durante toda su carrera el cantante melódico, primer latinoamericano en presentarse en el Madison Square Garden de Nueva York, grabó 52 discos de los que vendió 8 millones de copias y actuó en 16 películas.

«Como lo hice yo», «Quiero llenarme de ti» y «Rosa, Rosa» fueron algunos de sus grandes éxitos.

Sandro, cuyo verdadero nombre era Roberto Sánchez, nació el 19 de agosto de 1945 en Buenos Aires pero pasó toda su infancia en la localidad de Valentín Alsina, un suburbio de clase trabajadora al sur de la capital.

Cuando tenía 13 años su antigua escuela primaria organizó un acto escolar y, a sabiendas de que a «Robertito», como lo llamaban, le gustaban las imitaciones musicales y era fanático de Elvis Presley lo invitaron a participar.

Aquella sería siempre recordada como su primera gran actuación.

A partir de entonces comenzó a tocar la guitarra con Enrique Irigoytía, otro muchacho de su barrio con quien formó varios conjuntos de rock: Los Caribes, el Trío Azul y Los Caniches de Oklahoma, con los que tocaban versiones en español de éxitos de Presley, Jerry Lee Lewis y Paul Anka. Pero no fue sino hasta el nacimiento de Los de Fuego que conocieron la fama.

Sánchez no era el cantante sino el guitarrista principal. En una de las presentaciones el vocalista se quedó sin voz y se rompieron las cuerdas de la guitarra de otro de los integrantes, por lo que él cedió la suya y ya sin instrumento se dedicó a cantar y bailar al ritmo del rock.

El público deliró y su representante tomó una decisión trascendente: Sánchez pasaría a ser definitivamente el cantante y adoptaría el nombre de Sandro, aquel que su madre había querido ponerle al nacer y que el Registro Civil no permitió. El grupo se llamaría Sandro y Los de Fuego.

Tras un contrato con la disquera CBS, Sandro editó dos sencillos que no tuvieron demasiada repercusión.

Pero en 1964 el conjunto debutó en televisión en el programa «Sábados circulares», uno de los más vistos del país, y Sandro y Los de Fuego cautivaron a la platea y escandalizaron a las madres de las jovencitas que gritaban alocadas al verlos tocar.

El conjunto de rock, con un sensual cantante vestido de cuero negro que meneaba la pelvis y terminaba tirándose por el suelo, fue considerado «obsceno y pornográfico» por algunas ligas de madres y el canal decidió suspender sus actuaciones. Sin embargo, Nicolás «Pipo» Mancera, productor y conductor del programa, amenazó con abandonar el show si no dejaban tocar a Sandro y Los de Fuego.

El estilo sensual e irreverente del cantante tuvo un efecto arrasador en las jovencitas. Las fanáticas de Sandro ”sus «nenas», como él las llamaba” se jalaban el cabello y gritaban desaforadas mientras arrojaban su ropa interior al escenario.

Su vigencia a lo largo de más de 40 años y la fidelidad de sus seguidoras fueron los sellos distintivos de su trayectoria.

Sandro y Los de Fuego editaron dos álbumes en tres años y después se separaron.

En 1967, ya como solista, Sandro participó del Primer Festival Buenos Aires de la Canción. En lugar de canciones de rock, presentó un repertorio melódico y estrenó el tema «Quiero llenarme de ti», uno de sus clásicos, virando al género romántico.

Dos años después protagonizó su primera película, también titulada «Quiero llenarme de ti», y después «La vida continúa», un éxito en Argentina y en buena parte de América Latina. Comenzó entonces a ganarse el mote de «Sandro de América». También se lo conoció con el apodo de «Gitano», en alusión al origen romaní de su abuelo.

En 1972 cantó por primera vez en el estadio Luna Park de Buenos Aires, donde nunca antes se había presentado un artista argentino. El éxito fue total.

Una década más tarde firmó contrato con un canal de Puerto Rico para protagonizar la telenovela «Fue sin querer», de gran éxito también entre los latinos de Estados Unidos.

En 2001 se vio obligado a realizar una serie de shows asistido por un tubo adherido al micrófono por el que le suministraban oxígeno para paliar los efectos de un enfisema pulmonar que lo aquejaba desde hacía tiempo.

En 2005 recibió el Latin Grammy a la Trayectoria y en 2007 trabajó con Ricardo Arjona en la canción «Realmente no estoy tan solo».

El año pasado Sandro ingresó a una lista de espera para recibir un transplante de corazón y pulmones, única alternativa para salvarlo de la enfermedad que ya había destruido sus cuerdas vocales y quitado movilidad a su cuerpo.

Sandro, quien no tuvo hijos, deja a su esposa Olga Garaventa, con quien se casó en 2007.

Vía: La Opinión

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